Polvorones



Los polvorones son una maravilla cuando son buenos, y para eso, nada mejor que hacerlos en casa.

Fáciles, baratitos y muy duraderos, son ideales para las Navidades, pero lo cierto es que están deliciosos en cualquier época del año.

El truco está en tostar bien la harina antes de prepararlos, imprescindible para que tengan esa textura suave tan característica y evitar que se queden duros en el interior.

He de decir que esta receta se la debo al famoso Ángel Patissier, conocido repostero de las tierras andaluzas, gran amante del jamón y además, amigo de la infancia de mi padre.

Lo único que yo he hecho es adaptarla a la Thermomix para hacerla aún más fácil, aunque se pueden hacer también a mano, así que. si os salen buenos, ya sabéis de quién es todo el mérito.

Ingredientes


  • 600 g de harina de repostería (floja)
  • 250 gr de manteca de cerdo
  • 350 g de azúcar
  • Media cucharadita de canela
  • 1 cucharada de anís verde (matalaúva)
  • 2 cucharadas de sésamo (ajonjolí)
  • 1 pizca de sal

Preparación tradicional y con Thermomix


  • Ponemos el horno a 130º. En una bandeja de horno tostamos la harina durante media hora, más o menos, sacándola cada 10 minutos y moviéndola con una espátula. El objetivo es que la harina pierda totalmente la humedad, y eso se comprueba cogiendo un poco con la punta del cuchillo y dejándola caer. Si la punta del cuchillo queda limpia, estará lista; si no, mejor darle 10 minutos más, porque es la clave de que los polvorones queden agrietados y polvosos, como deben ser.
  • En la bandeja inferior del horno, tostamos el anís verde y el sésamo durante el mismo tiempo.
  • Mientras tanto, pulverizamos el azúcar en la Thermomix con varios golpes de Turbo. Lo reservamos.
  • Sin lavar el vaso, ponemos la manteca de cerdo y programamos 4 minutos, velocidad 3. Yo suelo utilizar la manteca que me sale cuando hago chicharrones, que le da aún mejor sabor.
  • Agregamos el azúcar glass al vaso y programamos otros 4 minutos a velocidad 3.
  • Si no tenemos Thermomix, podemos trabajar la manteca con una cuchara o unas varillas eléctricas, y amasar todo a mano.
  • En un mortero, machacamos la mitad del sésamo y el anís tostados. Agregamos la mitad al vaso y reservamos el resto.
  • Agregamos 500 gr de harina, la canela y una pizca de sal. Amasamos en velocidad espiga durante 2 minutos. La masa deberá despegarse de las paredes del vaso fácilmente. Si no es así, agrégale más harina de la que has secado en el horno hasta que esto ocurra.
  • Precalentamos el horno a 220º.
  • Espolvoreamos más harina sobre la mesa y trabajamos un poco la masa, añadiendo más harina, hasta que se separe de los dedos y, al hundir un dedo en la masa, suba sola.
  • Separamos con las manos una porción de masa del tamaño de una albóndiga, le damos forma redondeada y la colocamos, aplanándola un poco, sobre papel sulfurizado en una bandeja de horno. 
  • Le hacemos un hoyito en el centro y le espolvoreamos un poquito del anís y el sésamo tostado y machacado. También los hacemos con forma alargada, del tamaño de una croqueta, y tardan el mismo tiempo en cocerse, por lo que puedes alternar en una bandeja diferentes formas (que no tamaños) sin miedo a que los más estrechos se quemen.
  • Horneamos entre 10 y 15 minutos a 220º hasta que empiecen a agrietarse y dorarse. En mi horno tardan exactamente 12 minutos, pero eso dependerá de cada horno.

Para conservarlos, nada mejor que un recipiente hermético, donde podrían llegar a durarte hasta un año, aunque en mi casa, como siempre, han volado.

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